El mamífero no cuenta con otros amigos.
Gillian Abbott es la cuidadora de un canguro de nombre Doodlebug que se ha desarrollado en ausencia de sus progenitores. Por esta razón se ha encariñado de los brazos de la rehabilitadora de vida silvestre ya mencionada.
Su interacción con los seres humanos ha visto un aliado en un peluche de regular tamaño, el cual abraza de una forma singular y que no deja en ningún momento. Las imágenes que se muestran en las redes destacan esta relación afectiva.

Gillian Abbott y su hijo Tim Beshara, han cuidado a Doodlebug desde que era un bebé. «Es posible que se haya salido de la bolsa de su madre o que su madre haya perdido la vida”, dijo Tim a un medio de comunicación.


“Tenía un par de meses cuando pasó a la compañía de vida silvestre de mi madre, WIRES. Desde entonces, lo ha cuidado hasta que recuperó la salud y ahora salta por el bosque y regresa para alimentarlo o abrazarlo ocasionalmente, como muestra la imagen” mencionó el cuidador del canguro gris oriental.

Doodlebug ya cuenta con suficiente edad y tamaño para volver a la vida silvestre. Pero por sus reacciones al parecer los cuidadores esperarán un poco más.“Parecen responder a los juguetes de la misma manera que un niño pequeño. Lo tratan como un compañero”, mencionó Abbott.