El salvamento lo realizó el cuerpo de rescatistas de Michigan.

El Departamento de funcionarios encargados de la seguridad en la sociedad de Wyandotte recibió la notificación de que un perro había descendido por error en el río de Detroit. En seguida se pusieron en contacto con el departamento de bomberos y se dirigieron hacia donde se encontraba el canino en apuros.

Las autoridades en cuestión se movieron con cierta pericia para colocar al perro en una condición favorable. Para el momento del rescate el canino se encontraba encima de un pedazo de hielo flotante, lo cual evitó que perdiera la vida en el agua.

Al parecer el canino se había perdido del dominio de sus dueños, aventurándose en el blanco de la nieve circundante. Para su rescate, los encargados idearon una estrategia para acceder al pequeño bloque donde se encontraba.

«Un labradoodle se había alejado de su dueño mientras estaba en una caminata y terminó saltando en el frío río Detroit.» Señalaron en un comunicado publicado en Facebook. «El perro se las arregló para subirse a un trozo de hielo, pero éste se fue a la deriva en el río mientras el perro se congelaba».

El perro fue tomado con un asta y el informe de los funcionarios decía lo siguiente: «El rescatista hizo esto mientras estaba parado en la escalera resbaladiza que estaba sumergida en el río mientras sus compañeros de trabajo lo sujetaban con una cuerda«.

Estas noticias, cuando tienen un final feliz, dejan una sensación muy agradable en el alma. Sin duda un aplauso para las autoridades que se implicaron en el hecho. Cuando todo se hace bien, resulta en provecho para muchos y en este caso para el canino, sus amos y la comunidad.