Ambos animales comparten sus vidas.
Cuando los animales se encuentran en una posición complicada de salud, es frecuente que se les quite la vida. Solo las almas generosas y singulares en esta sociedad se arriesgan a ayudar a las formas de vida que lo requieren.
Esto último es precisamente lo que ocurrió con un maravilloso perrito de raza West Highland Terrier, llamado Jack, que fue puesto a la orden de un albergue que decidió extender su calidad de vida, colocándolo en una silla de ruedas para que pudiera movilizarse.
En el mismo refugio quedó una zorrita que perdió la posibilidad de ver después de haber estado a punto de perder la vida. La zorrita de nombre Pumpkin, tuvo que enfrentar una intervención de riesgo y fue cuidada en dicho centro.
Ambos animales fueron atendidos por la veterinaria Ana Lapaz-Mendez quien les brindó un hogar de acogida y se encargó de los cuidados necesarios.
Jack tenía una dificultad en la parte trasera de su cuerpo que produjo que no pudiera caminar. Por esta situación el canino necesitaría atención especial durante el resto de vida. Pero el destino le tendría una oportunidad única.
Como ambos animales tienen una historia en común para contar, se complementaron muy bien hasta el punto que realizan todo juntos.
Ana tiene una casa ubicada en East Finchley, al norte de Londres, y la misma sirve de albergue para animales. En esas instalaciones vio como Pumpkin sigue con su agudo sentido del oído las ruedas de la silla de Jack.
Desde el inicio de esta relación, el pequeño perrito decidió cuidar a Pumpkin de todo peligro y convertirse en su hermano. Así que Jack conduce a la zorrita a desplazarse con seguridad. Sin duda, los dos animales se hicieron familia.
Pumpkin sigue a su hermano utilizando el sonido y el olfato y cuando dan sus paseos por el parque, si este se distrae, el perrito se detiene y espera pacientemente a que lo alcance. «Siente la responsabilidad de cuidarla como lo hace un hermano con una hermana» mencionó Ana refiriéndose a Jack.
Jack es muy protector y está alerta de cualquier eventualidad, incluso cuando otros perros o gatos se acercan para molestar a Pumpkin. Aunque al principio el canino no conocía la zona, se las ingeniaba siguiendo a Ana, y posteriormente, la zorrita lo seguía a él.
Ana cree que Jack probablemente necesite usar ruedas el resto de su vida, aunque ahora camina mejor que antes y se ha vuelto más independiente. Pero como Pumpkin lo necesita para sentirse completa, no hay prisa en dejar la silla de ruedas.
El duo inseparable ha aceptado a otro perro que cuida Ana. Se trata de un canino en buen estado de salud que se llama Croqueta el cual ha sabido complementar las actividades de estos superamigos. Como es muy curioso ver a los animales pasear de esa manera, las personas se detiene a preguntar como se la llevan.«Siempre hay demasiada gente, así que ahora caminamos en áreas más tranquilas» Señaló Ana.
Desafortunadamente, y luego de un largo tiempo compartiendo momentos memorables con sus compañeros animales, el perrito en silla de ruedas perdió la vida.
