Un defecto en su salud hace que sonría todo el tiempo.
Cuando alguien contempla la idea de adoptar un perrito, se imagina lo lindo y tierno que será. Este no es el caso de Chupey, un perro con un aspecto que, aunque para algunas personas no es lindo, cuando descubren la personalidad detrás de su rostro, no pueden hacer otra cosa que quererlo.
Eso fue lo que le pasó a Kaley Carlyle, quien por años ha cambiado la vida a estos seres carentes de afecto, en especial, cuando se encuentran en un ambiente complicado. Su labor se ha extendido por unos 10 años, sin embargo, es primera vez que conoce a un perro con estas características.
Un hombre que tenía a Chupey, le habló a Kaliey de su existencia, así como de su peculiar fisionomía. Sin perder tiempo lo contactó para conocerlo, y brindarle ayuda. Cuando lo vio, de inmediato pensó en darlo en adopción, pero por alguna razón su corazón le indicó otro camino.
Estaba muy sorprendida, en sus 10 años en este trabajo nunca se había topado a un perro con los ojos tan pequeños. Adicionalmente, su boca tenía un tamaño fuera de lo normal. Kaliey se enamoró de la ternura del cachorro, decidió ayudarlo y llamarlo por el nombre antes mencionado.
Su pelaje es poco y sus orejas con una graciosa forma curva, y lo más singular es su sonrisa. Con una boca y dientes de un tamaño, que no les permite permanecer ocultos dentro de su hocico, tanto así que, simula una gran sonrisa y, por tanto, su buen humor.
Kaliey, asegura que su aspecto tan único es lo que más le gusta del animal, porque parece que siempre está contento y que no hay nadie que le quite su felicidad, y ahora menos que ha encontrado un hogar.
Para descartar problemas de salud, Kaliey lo llevó al veterinario; sin embargo, él se encuentra muy bien. Su apariencia se debía a un defecto de generación, nació con una alteración en su cuerpo que causó evidentes alteraciones físicas, pero por suerte su espíritu feliz está intacto.
Se ha descubierto que no es un bebé, pero se comporta como tal, pues le encanta jugar. En primera instancia Kaliey pensó en que se mudara a un nuevo hogar, pero algo le hizo cambiar de opinión, y ahora entiende que tomó la mejor decisión.
El perro es muy divertido y le gusta esconder las cosas en diferentes lugares, pero Kaliey ha aprendido a conocerlo tan bien que acude en su ayuda.
