Los trabajadores del lugar donde se encontraba el canino descubrieron su preferencia.

Prince es el nombre de un Pitbull que disfrutaba de un hogar y un dueño que lo llenaba de amor y ternura. Durante toda su estancia en ese hogar nunca le faltó nada. Pero por circunstancias muy desafortunadas, su dueño no pudo cuidarlo más.

La decisión de dejarlo fue muy difícil para él. Aunque amaba a su mascota, no le quedó más remedio que dejarlo con una amiga de la infancia. Esta mujer sacó un día a pasear a Prince y este se le soltó de la correa y no volvió más.

Prince fue conseguido por el santuario de animales Mohawk Hudson Humane Society, ellos se pusieron en contacto con la mujer y ella se comprometió a recogerlo, pero de forma irresponsable nunca se presentó. Desde entonces, Prince ha estado en el mismo lugar y todo para él cambió.

“Nos tomó mucho tiempo. Incluso cuando te acercabas, él se sentaba en la espalda, se encogía y se sacudía. Por lo general, lo encuentras acurrucado en la parte posterior de su dormitorio” así describe el proceso de ganarse la confianza de Prince la directora del centro.

Para poder generar un ambiente más adecuado para el hermoso canino que se veía muy desanimado, los trabajadores del centro empezaron a implementar acciones. Para lograr que Prince pudiera sentirse más cómodo, le colocaron una manta antes de dormir.

“Uno de los miembros del personal estaba acurrucándose con él en la perrera y él se levantó en la cama. Le puso una manta a su alrededor y se dio cuenta de que realmente le gustaba y hacía sentir cómodo ‘‘, mencionó la directora.